domingo, 10 de enero de 2010

¡ POR FIN LAS RUTINAS DIARIAS!

De vuelta a la rutina de los días, ya pasaron las fiestas con sus compras, sus regalos, sus cenas y… todo lo demás, confesable a veces y otras no.
Cada año y este año también, la publicidad se encargó de abrirnos las puertas de un mundo fantástico y envidiable en donde todo se viste de bienestar… y para que nos lo creamos nos invitan a sonreír y a amar aparentando un mundo en solidaridad.
Y aunque este espectáculo es una falsa sustentada en el dinero y en el consumo, no por ello deja de penetrar por nuestros sentidos y crearnos sensaciones de frustración provocadas ante lo no tenido, vivido o conseguido. Y ahora con el peso de lo padecido y no tenido empieza tus rutinas del día a día fingiendo que todo fue bien, que todo está bien y que tú también estás bien.
Yo quisiera en esta ocasión animaros a confesar lo inconfesable y a sentirnos más humanas y menos desdichadas. ¿Lo intentamos? ¿Empezamos?
Revivamos para empezar la siguiente escena navideña: “Se enciende la tele y aparece una familia sonriente reunidos todos sus miembros alrededor de una mesa completa de grandes mangares… “
¿ Qué sentimos tu, yo cuando en nuestros hogares alguien faltó a la cita, no todos los rostros reían, alguien elevó la voz por encima de la “norma” mientras que el de siempre no dejó de protestar o meter la pata ?
¿Qué sentimos me pregunta? Creo que eso solo ocurre en mi familia, tengo asumido que solo en mi casa suceden esas historias... y cada año sin que falte uno, respiro profundamente cuando las fiestas pasan y acaban.
Pero está mal visto confesar lo inconfesable y no puede faltar la mentira piadosa cuando respondemos que todo fue bien... mientras que dentro de nuestro ser se aloja el fracaso de no lo logrado y la depresión ante lo sentido.
Hoy de vuelta a lo cotidiano quiero gritar a todo pulmón que lo que sucede en una casa puede sucedeer en las demás, que nos relajemos y empecemos a aceptar que no somos mejores ni peores... que lo idílico se queda para la CAJA TONTA y lo real para el entorno familiar.
Que ya somos muy mayores para seguir negándonos el gozo de vivir al querer alcanzar en Navidad el sueño imposible, cuando tenemos a nuestro alcance la felicidad.
¡Si has leído bien ¡ ¡ Felicidad! sinónimo de alegría, gozo, bienestar, paz…
Si nos remontamos a los principios de la filosofía, rama que estudia la verdad, entendida esta como camino hacia la felicidad, proponía la ETICA como recurso para alcanzarla, porque el gozo que se sustenta en el exterior (placeres, comidas, vestidos, viajes…) son sensaciones pasajeras, perdurando las que nacen del interior tras ejercer la voluntad de querer ver y querer sentir.
¿Pero cómo se siente de manera distinta o se deja de sentir lo que se siente?
a) Recordando y comentando los acontecimientos positivos mientras que nos bañamos en sus buenas sensaciones.
b) Y aceptando que los malos momentos forman parte de la propia existencia porque lo idílico se queda para la “CAJA TONTA” (La tele)
c) Asumiendo que nuestras navidades no fueron especiales ni distintas, fueron humanas y auténticas, porque nosotras y ellos somos reales y nuestros seres queridos también.
d) Recordando que ejerciendo la voluntad se goza, porque solo gozan quienes quieren gozar.

Y para terminar quiero invitaros a empezar nuestras rutina diaria con una sonrisa porque si sonreimos, quienes nos rodean sonreirán y volveremos de nuevo a sonreír. (Posiblemente la primera sonrisa será un acto de esfuerzo y voluntad, pero la segunda será auténtica).

Juana Luisa Sánchez
Aula de la Viña.